Amy Goodman y Denis Moynihan |
La Marea | 16 octubre 2016
Un tribunal federal permite que prosiga la construcción del controvertido oleoducto que afecta a la tribu sioux. La decisión ha sido tomada en vísperas del 12 de octubre, critican los autores.
DEMOCRACY NOW // El Huracán
Matthew llegó y se fue, dejando tras de sí una gran devastación. Hasta el
momento, se han reportado al menos 1.000 personas fallecidas en Haití y al
menos 39 en el sureste de Estados Unidos. En Carolina del Norte, sigue en curso
la crecida de los ríos. En vistas de la destrucción, uno podría pensar que el
cambio climático es un tema central de este año electoral en EE.UU. Sin
embargo, casi no ha sido mencionado en los debates presidenciales, vistos por
decenas de millones de personas. Es lo que sucede ahí afuera, a nivel de los
movimientos sociales a lo largo de todo el país, lo que nos da esperanza.
El movimiento para combatir
el cambio climático crece de manera dinámica e impredecible y enfrenta cada vez
más represión por parte de la industria de los combustibles
fósiles y las
autoridades gubernamentales. Tal vez no haya mejor ejemplo que la resistencia
de la tribu sioux de Standing Rock al oleoducto Dakota
Access.
La tribu ha firmado tratados
con Estados Unidos durante más de un siglo y medio y el Gobierno federal los ha
quebrantado todos y cada uno de ellos. Por eso no debería sorprendernos que un
tribunal federal se haya expedido en contra de los sioux de Standing Rock,
permitiendo que prosiga la construcción del controvertido oleoducto de 3.800 millones de dólares de costo.
Por si fuera poco, la decisión fue anunciada sorpresivamente un domingo y en
vísperas del12 de octubre, considerado por muchos pobladores
nativos como el día en que se celebra el comienzo del genocidio contra los pueblos originarios del
hemisferio occidental.
“La tribu sioux de Standing
Rock no retrocederá en su lucha”, declaró Dave
Archambault II, jefe
de la tribu sioux de Standing Rock tras la resolucion. “Somos guiados por la
plegaria y continuaremos luchando por nuestro pueblo. No descansaremos hasta
que nuestras tierras, nuestra gente, nuestra agua y nuestros sitios sagrados
queden definitivamente protegidos de este destructivo oleoducto”, añadió. Y
agregó durante una entrevista para “Democracy Now!”: “Siempre dijimos que
tenemos derecho a los tratados de tierras que hemos suscrito y que tenemos voz.
La compañía, el gobierno de Estados Unidos y las autoridades estatales nunca
nos solicitaron autorización para estar en esas tierras, para hacerles esto a nuestras
tierras”.
Aun así, rompiendo con la
historia y a pesar del fallo judicial, el Ejército de Estados Unidos y los
Departamentos de Justicia y del Interior emitieron también un comunicado en el
que establecen: “El Ejército no autorizará la construcción del oleoducto Dakota
Access en las tierras del Cuerpo de Ingenieros que se encuentran a orillas o
por debajo del lago Oahe. Reiteramos nuestra solicitud de que la compañía
responsable del oleoducto detenga voluntariamente toda actividad de
construcción dentro de los 32 kilómetros al este o al oeste del lago Oahe. Asimismo,
pretendemos mantener una discusión seria acerca de si debería realizarse una
reforma nacional del proceso de consulta a las tribus para este tipo de
proyectos de infraestructura”.
Es en tierras del Cuerpo de Ingenieros del Ejército que se han instalado los principales
campamentos de oposición al oleoducto, en los que miles de personas, en su
mayoría representantes de pueblos originarios del continente americano de más
de 200 tribus de todo Estados Unidos, Canadá y América Latina, se han
congregado para proteger a la tierra y al agua del oleoducto. Se trata de
tierras ancestrales lakota y dakota que fueron tomadas sin consentimiento de la
tribu por el Ejército de Estados Unidos.
En agosto, estos protectores de la Tierra, ya que no se consideran a sí mismos
como “manifestantes”, hicieron un llamado internacional a la plegaria y la
solidaridad. Cada día, se llevan a cabo creativas y pacíficas acciones directas
a lo largo de los más de 1.900 kilómetros del trayecto proyectado para el
oleoducto. El miércoles, en Keokuk, Iowa, Krissana
Mara, de 31 años
de edad, se encadenó a una excavadora en el lugar previsto para que el
oleoducto Dakota Access atraviese el río Mississippi. La creciente resistencia
que se desarrolla en ese lugar con el nombre #MississippiStand pretende
impedir que el oleoducto atraviese el río, al igual que las acciones que se
llevan a cabo en Standing Rock están evitando que el oleoducto pase por debajo
del río Missouri.
Por otra parte, en una
impactante acción coordinada, nueve activistas contra el cambio climático
fueron arrestados el martes por intentar cerrar el paso a las arenas
alquitranadas que llegan a Estados Unidos desde Canadá, cerrando manualmente
oleoductos en los estados de Minnesota, Montana, Dakota del Norte y Washington.
Uno de los activistas, Leonard Higgins, expresó en un video publicado
posteriormente por Internet desde el oleoducto en Coal Banks, Montana: “Estamos
en estado de emergencia para proteger a nuestros seres queridos, a nuestros
familiares, a nuestras comunidades. Es necesario que como ciudadanos nos
comprometamos y llevemos a cabo acciones cuando nuestros líderes no lo hacen.
Eso es lo que me dispongo a hacer al cerrar la válvula”.
Entre los nueve arrestados se
encuentra Ken Ward. En 2013, Ward y Jay O’Hara anclaron una pequeña embarcación
frente a las costas de Massachusetts, impidiendo así que un buque descargara
40.000 toneladas de carbón para la planta Brayton Point, una de las mayores
emisoras de gases de efecto invernadero de la región. En un increíble giro de
los hechos, quien debía acusarlos, el fiscal local de distrito Samuel Sutter,
retiró los cargos penales presentados en su contra, alegando: “El cambio
climático es una de las crisis más graves que le ha tocado atravesar a nuestro
planeta. En mi humilde opinión, los líderes políticos han demostrado graves
falencias con respecto a este tema”.
Es probable que el liderazgo
político haya actuado de manera insuficiente. Pero desde una pequeña embarcación
en el océano hasta los campamentos de resistencia en Dakota del Norte, el
movimiento contra el cambio climático crece día a día.
©
2016 Amy Goodman
Traducción
al español del texto en inglés: Fernanda Gerpe. Edición: María Eva Blotta y
Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org
Amy
Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se
emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en
más de 450 en español. Es co-autora del libro “Los que luchan contra el
sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos”,
editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.
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