Lunes, 2 marzo, 2015/Librered.net
Sabemos que periódicos como Semana,
El Tiempo, El Espectador, Caracol, RCN (por nombrar algunos) mantienen una
incesante campaña mediática desde Colombia contra Venezuela y la Revolución
Bolivariana. La matriz derrocha tinta y baba cotidianamente
contra el país mientras hace caso omiso de los problemas internos colombianos
(que, por fuerza, se han impuesto por actores foráneos).
Atacan a Venezuela Bolivariana en detrimento de los
intereses del pueblo colombiano. Sin embargo, los dardos esta vez han sido
devueltos por el presidente Nicolás Maduro, no para socavar la herida de la
gente que siente el yugo del neoliberalismo sobre su hombro, sino para frentear
a la oligarquía mediática en un debate que el propio Maduro puso sobre la mesa.
En la noche del domingo 22 de febrero, el presidente
Maduro tuiteó cifras sobre los emigrantes colombiana en Venezuela. La cantidad
ronda los 5 millones de neogranadinos, de los cuales 800.000 emigraron en 2014.
Añadió que en 2013 ingresaron a Venezuela 189.000; en 2014, otros 144.000;
mientras que en enero de 2015 arribaron 12.000 al país. Cifras que el Instituto
Nacional de Estadística (INE) no ofrece.
Para culminar, Maduro concedió “muchas más cifras de
la verdad. Cifras oficiales de Colombia señalan que emigraron a USA (Estados
Unidos) 1.600.000 y a España 1.200.000 ¿Por qué será?”.
La violencia: procurador general
de la emigración colombiana
La historia colombiana ofrece los primeros datos:
desde 1948, la violencia en el hermano país ha minado en el cuerpo social como
el cáncer en la sangre humana. Con el llamado Bogotazo empezó una época
denominada por los académicos como La Violencia, que determinó el
desplazamiento de más de dos millones de colombianos en un país que alcanzaba a
tener una población total de 11 millones de habitantes. Rafael Rueda Bedoya, en
su ensayo “El desplazamiento forzado y la pacificación del país”, identifica
tres oleadas de emigración forzada por desplazamiento del conflicto bélico que
ha arreciado en Colombia.
“Los desplazados de países como Ruanda, Burundi y
Zaire, que viven en medio de guerras civiles, limpiezas étnicas y golpes de
Estado, suman 900.000: prácticamente Colombia duplica esta trágica cifra)”,
dice Rueda Bedoya. En este momento, el hermano país, según cifras del Centro de
Monitoreo del Desplazamiento Interno (IDMC, por sus siglas en inglés), no sólo
es el que cuenta con más emigrantes en la región sino con más desplazados en el
mundo con un estimado de 4.9 y 5.9 millones.
La Asociación Civil Colombianos y Colombianas en
Venezuela maneja otra cifra: los desplazados llegan a la cantidad de 8.300.000.
Dice Juan Carlos Tanus, investigador de la institución, que el Gobierno de su
país no se sincera con esta realidad “por razones políticas”.
A esto hay que agregarle agentes y factores como el
paramilitarismo, el ejército, el conflicto con las guerrillas revolucionarias y
la emigración económica: el colombiano que busca cierto bienestar que el Estado
de su nación le niega por transar en las últimas décadas 11 Tratados de Libre
Comercio con los poderes hegemónicos del Norte.
La violencia no sólo se manifiesta cotidianamente a
punta de cañón, sino en la economía y el trabajo del colombiano de a pie.
Factores de la migración, destino
Venezuela
Félix de Alcázar, presidente de la organización
antes mencionada, refiere cuatro factores fundamentales que devienen del relato
de la violencia histórica para entender la migración colombiana:
-Económico: el sueldo básico de un trabajador
promedio (de 644.000 pesos por mes) no alcanza para sostenerse a sí mismo ni a
su familia debido a la alta tasa de inflación y el alto costo de los bienes y
servicios. En Venezuela, por el contrario, dice de Alcázar, “se le defienden
sus derechos laborales al trabajador con cestatickets, seguro social y médico,
además de las pensiones y jubilaciones; se le explota menos que en un país
neoliberal como Colombia”.
-Político: Tanus alega que en Colombia “el Estado no
se preocupa por que la gente viva con todos los derechos básicos del ciudadano;
en Venezuela sí hay un Estado de derecho constituido por una revolución”.
-Social: “El problema social deriva directamente del
político, porque quien no tiene para comer es porque no consigue trabajo o no
le alcanza el dinero. Y aquí el colombiano, sea por vía ilegal como el
contrabando, por vía comercial o por otras, consigue incluso triplicar el
sueldo mínimo de acá”, declara el presidente de la organización.
-Judicial: la violencia en Colombia goza de
impunidad debido a las instituciones signadas bajo el influjo narcoparaco que
las sostiene. Los poderes judiciales no amparan al campesino que se cruza entre
las balas ni al proletario empobrecido hasta la pauperización que duerme en las
plazas públicas de Bogotá. El tema de derechos humanos en el hermano país,
además, tiene eslabones perdidos. Tanus, exiliado político en Venezuela
Bolivariana, víctima de dos intentos de asesinato cuando residía en su país
(1993 y 1996), sabe de eso.
Como trágica cereza sobre el pastel, para el año
2008, aproximadamente 230 colombianos cruzaban diariamente la frontera hasta
suelo venezolano. Para este año se calculan alrededor de 300, según datos
recogidos por la asociación. Algunos cruzan de forma legal, otros “por caminos
verdes, atravesando ríos”, refiere Tanus.
Metodología para la investigación
Gustavo Rodríguez, quien es el responsable de la
organización en el estado Lara, dice que “tenemos años recorriendo el país para
suministrarnos de información. Los colombianos que están aquí convergen entre
cuatro identificaciones, o no identificaciones: los irregulares, los que
transitan la frontera diariamente, los que están incluso nacionalizados, y los
que nacieron acá de padres colombianos”.
Desde la asociación creen que los parámetros para
medir en estadística a los emigrados desde Colombia no toman en cuenta sino el
factor de vivienda: “Faltan otras medidas como la situación económica, la
ilegalidad de nuestros compatriotas, en qué área de producción trabajan,
incluso la situación de emigración en que llegan a este país”, recalca
Rodríguez. Tendría razón, porque como acota Tanus: “El origen de la migración
colombiana es rural debido a la violencia”, cuestión que se silencia en el
relato de la oligarquía colombiana. Y resalta que “nosotros hemos hecho un
esfuerzo grande por recabar esta información que el compañero Maduro tiene”.
En este caso, la metodología para la cuantificación,
la Asociación Civil Colombianos y Colombianas en Venezuela ha hecho un trabajo
de hormiga, ya que las fuentes oficiales no ofrecen esta rigurosidad. Las
decenas de cajas llenas de archivos, encuestas y papeles de todo tipo y color
(en proceso de digitalización) demuestran su testimonio.
Reconocimientos y
desconocimientos
Las cifras que lanzó el presidente Maduro coinciden
plenamente con los indicadores investigados por la Asociación Civil Colombianos
y Colombianas en Venezuela. Mas estas cifras no se conocen oficialmente sino
por medio del presidente, del cual varios medios se han hecho eco.
El trabajo de esta institución consiste no sólo en
dar a conocer datos y estadísticas sobre la realidad de sus compatriotas en
suelo venezolano, sino también darle un signo político: “Que el colombiano
conozca las causas y los factores fundamentales de su emigración” para así
poder pensar a Colombia “desde otra realidad que no fuera la de la violencia
sino desde el bienestar”, dice Tanus.
Un dato que destaca desde la asociación civil son
las declaraciones de Juan Manuel Santos, presidente de Colombia, cuando
entregaron a la justicia venezolana al naziconspirador Lorent Gómez Saleh. Dijo
que “las buenas relaciones (entre Venezuela y Colombia) son en beneficio de
ambos países en particular de más de 4 millones de colombianos que viven en
territorio venezolano”, lo que significa que el primer mandatario colombiano
reconoce “de alguna forma”, dice Tanus, el problema de la migración.
Según de Alcázar, la apertura política que
significaría una negociación sensata entre el gobierno de Santos y las
guerrillas traería, en cuanto al cese de la violencia, un buen augurio para que
la sociedad colombiana asumiera el debate de la migración y, por ende, “la de
todos los renglones del país”, además de “garantías electorales” para que un
frente distinto llegue al palacio Nariño.
Este sería el escenario adecuado, como refieren los
de la organización de colombianos en Venezuela, para regresar a casa.
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