miércoles, 22 de junio de 2016

¿A QUIÉN VOTAR?

Los españoles estamos hartos de políticos corruptos que utilizan la política en beneficio de sus intereses económicos. Estamos cansados de palabras vacías, de discursos demagógicos y de mentiras. Estamos hartos de ser manipulados y que nos laven el cerebro a través de sus medios de información: prensa, radio y TVE. Estamos indignados por sus políticas de recortes en los servicios públicos, a las que llaman desvergonzadamente “reformas”, que hacen más ricos a los ricos y más pobres a los pobres.

Nos duelen los desahucios que han dejado a miles de familias en la calle, mientras hay dos millones de viviendas vacías. Nos duele el desempleo y particularmente el desempleo juvenil, que sobrepasa el 52 %. La desigualdad crece en España a pasos agigantados según los informes de Cáritas.

La crisis que vivimos no es sólo económica, es ante todo una crisis de humanidad, una crisis de civilización, una crisis ética y social. La globalización del capitalismo neoliberal ha llevado al mundo y a nuestro país a un desequilibrio humano. 

Se ha invertido el sentido de la economía que, en vez de estar al servicio del ser humano, es éste el que se ha colocado al servicio del sistema económico. Se ha hecho de la economía un medio de escandalosa especulación.

Estamos atrapados en la dinámica perversa de una civilización que se desarrolla destruyendo el medio ambiente y generando cada vez más pobreza y hambre a nivel nacional y planetario. La sociedad productiva y consumista, que impulsa el sistema capitalista, no puede mantenerse por más tiempo. “Es un sistema que mata”, señala el Papa Francisco. A este ritmo, necesitaríamos cinco planetas como el nuestro para satisfacer las necesidades de todos sus habitantes. 

A esta degeneración de la economía y de la política, surge un clamor generalizado: ¡Basta ya! ¡Urge un cambio! ¡Urgen nuevas alternativas! Una vieja civilización se acaba. Algo está muriendo. Y algo nuevo está naciendo. Necesitamos construir una nueva civilización capaz de asegurar una vida digna para todos los seres humanos en un planeta y en un país con recursos limitados. Es por eso que es necesario cambios en el modo de vida y formas de producción.

Queremos una sociedad plural, abierta al diálogo con las distintas corrientes de pensamiento, respetuosa con la diversidad, sin discriminación de personas por su condición de género, creencia religiosa, raza, nacionalidad...Una sociedad que  garantice la libertad de expresión y de organización, sin leyes mordaza.

Queremos una sociedad en donde los políticos estén al servicio de la sociedad, con transparencia,  y no una sociedad manipulada por los políticos. Queremos una sociedad organizada y con empoderamiento ciudadano de la gestión política a nivel municipal, autonómico y nacional. 

Queremos y luchamos por una democracia participativa, no sólo representativa, de manera que los representados puedan controlar a sus representantes. Todo gobernante debe gobernar no solo para el pueblo sino con el pueblo.


Queremos quelas empresas sean lugares para el desarrollo del ser humano al servicio de la sociedad, no lugares de explotación donde se trabaja largas jornadas por salarios miserables.

Queremos una sociedad en la que todos los hombres y mujeres tengan derecho a la vivienda, al trabajo y a un salario digno, derecho a la sanidad y educación públicas, derecho a ser felices.

Queremos la expropiación de las viviendas vacías en manos de los bancos, para que sean entregadas, en alquiler social asequible, a las familias sin techo.

Queremos una sociedad solidaria con todos los hombres y mujeres que sufren, sean del país que fuere. Particularmente, solidarios, con la justa causa de los pueblos de Palestina y del Sahara Occidental, pueblos que son silenciados cínicamente por los llamados países “democráticos” de Occidente. 

Queremos una sociedad sin armamento bélico sofisticado y con un ejército reducido. No son las bocas de los cañones las que hay que alimentar sino las bocas de los hambrientos.

Queremos una sociedad aconfesional, que respete las distintas creencias religiosas, sin privilegio alguno.

Queremos una España libre de las presiones del sistema del gran capital, sea de la UE o del FMI, siguiendo el clamor del Papa Francisco: “En este sistema mientras las ganancias de unos pocos crecen, las mayorías se quedan cada vez más lejos del bienestar de esa minoría feliz. Este desequilibrio proviene de ideologías que defienden la autonomía absoluta de los mercados y la especulación financiera. De ahí que nieguen el derecho de control de los Estados, encargados de velar por el bien común” (Evangelii Gaudium,G. 56).

Queremos y exigimos una reforma fiscal seria y justa, de manera que paguen más los que más tienen y no carguen el peso de los impuestos sobre el pueblo llano. 

Queremos una sociedad defensora y cuidadora de la naturaleza, que busque alternativas ecológicas y energéticas que sean sostenibles y viables, respetuosas del medio ambiente. 

No milito en ningún partido. Colaboro con varias organizaciones de base que buscan la promoción y defensa de los derechos humanos y aliviar el sufrimiento de la gente. Pero desde ahí opto, con sentido crítico, por dar el voto a UNIDOS PODEMOS.

Aunque algunos de sus dirigentes no me convenzan plenamente, considero su programa es el más acorde con el mensaje de Jesús y la doctrina social de la Iglesia. Voto a UNIDOS PODEMOS porque quiero una España libre, justa, plural, igualitaria, solidaria y con una democracia real. Pero sobre todo, porque soy cristiano y visualizo este programa como una mediación del reino de Dios. El mensaje de Jesús es claro y radical. Puede verse mi artículo “Jesucristo, populista extremista radical?” (La Opinión de Murcia, 16.01.2016).

Rechazo el voto al PP y a Ciudadanos, partidos que hacen del liberalismo económico la base de sus programas y defienden “un sistema que mata” (Papa Francisco). Respeto a los que votan a estos partidos mientras rezo para que se dejen iluminar por el Espíritu de Jesús. Asimismo, cuestiono el pensamiento neoliberal de algunos viejos dirigentes del PSOE. Lamento su incoherencia y traición al socialismo.

Ha llegado el momento. Es hora de soñar en una nueva civilización,  en la utopía de otro mundo posible, porque amamos la vida y a la humanidad. Es hora de unir esfuerzos y luchar por este ideal porque tenemos esperanza, una  esperanza que  vence al miedo y fortalece el espíritu para superar las dificultades. Es hora de actuar para que reine la paz que nace de la justicia.

Fernando Bermúdez


Comité Romero de Murcia

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