jueves, 30 de junio de 2016

A siete años del Golpe de Estado en Honduras

Centroamérica sigue siendo una zona estratégica para los del norte. No iban – ni van – a dejar que, políticos independientes o en el caso que nos ocupa gobiernos progresistas impulsen políticas económicas al margen de aquellos que creen que, América latina sigue siendo su patio trasero. 

A modo de reflexión.

Se han cumplido siete años del golpe de estado en Honduras, y desde entonces la situación social y política del país se ha visto empeorada. Se han acrecentado los asesinatos selectivos contra líderes estudiantiles, sindicales, políticos; líderes ecologistas también han sido asesinado…,  periodistas independientes, abogados, etc. Se sabía que tras el golpe la situación de inseguridad se podía ver afectada, pero no con la virulencia que apareció poco después del golpe.
Centro América antes del golpe de estado en Honduras creyó que podía seguir construyendo la democracia, al menos eso parecía, se llegaba al poder vía elecciones no sólo en Honduras si no que por todo el continente, impensable años atrás. Se creía pues, que era posible transformar el país una vez en el poder. Sin embargo, después de lo de Venezuela y luego de Honduras las contradicciones sociales que siempre habían existido, se verían acrecentadas. No hacía mucho que las políticas económicas neoliberales, injustas, habían -y siguen- golpeado a la población…, éstas venían afianzándose desde décadas y a raíz del golpe de estado estas políticas neoliberales, en el caso, de Honduras se afianzaron.
Cuando Manuel Zelaya gana las elecciones  apostó por llevar a cabo además de las políticas sociales en favor de las amplias mayorías. Gobernar de manera independiente sin la observancia gringa parecía posible, pero, cuando  decidió, ejercer un derecho democrático, como el de la consulta popular, la oligarquía, la burguesía, y los gringos detrás, impulsaron el golpe de estado. Hacía  años que la inmensa mayoría de la sociedad los había descartado, casi no pertenecía ya ni al imaginario colectivo. No es necesario detenernos en estos menesteres harto conocidos por quienes leen esta nota. La operación cóndor contó con la complicidad de los militares de Argentina, Chile, Paraguay, Uruguay etc. Nadie creía que en pleno siglo XXI que los gringos iban a inmiscuirse ni mucho menos pensar en los golpes de estado, y Honduras demostró que iban a seguir haciendo de las suyas aun cuando la historia había dado muestras de cambio.
Parecía que las burguesías locales habían “evolucionado” en el quehacer democrático y que habían “madurado” para aceptar los resultados de las elecciones, pero, la realidad es tozuda y siempre nos recuerda que, los dueños de los medios de producción, la burguesía, no atisba perder ni el más mínimo del control del estado, y desde allí aplicar políticas económicas para sus intereses, y no en beneficio de las mayorías sociales. De ahí que sea necesario recordar y repetir como mantra que el buen corazón de los burgueses, es una utopía. De ellos no se puede esperar posturas políticas sociales ni económicas en favor de las mayorías. Jamás verán por el bien de las mayorías. Jamás consentirán que la mayoría de la población tenga derecho a la educación y a la salud.
Centroamérica sigue siendo una zona estratégica para los del norte. No iban – ni van – a dejar que, políticos independientes o en el caso que nos ocupa gobiernos progresistas impulsen políticas económicas al margen de aquellos que creen que, América latina sigue siendo su patio trasero.
El golpe de estado en Honduras es, pues,  un buen ejemplo de ello. Desde entonces se vienen sucediendo golpes de estado en el continente latinoamericano. Se confiaba en que las oligarquías habían  “evolucionado y madurado políticamente” ya no se esperaba que ellos podían estar gestando en complicidad con los gringos los golpes de estado.
La historia les da la razón aquellos que nunca han confiado en las burguesías y que sólo ven una única salida que es la transformar el estado desde la raíz, harto difícil pero visto lo visto es el único camino para garantizar que no se vuelvan a producir golpes de estado ni blandos, como se conoce hoy a esos “juicios políticos” parlamentarios… lo estamos viendo en Brasil, lo hemos visto en Paraguay…, sin mencionar los varios intentos en Ecuador y Bolivia; el golpe de estado en Haití en el 2004, y, en Venezuela.
Queda mucho y lo que queda será, en el futuro, construido por los que siempre han estado al margen del bienestar que el estado debe garantizar. Honduras ahora construye su futuro y sigue en la pelea. El movimiento social con Mel, el presidente legítimo de Honduras, siguen en esa lucha, siete años y la lucha sigue. se está construyendo un movimiento social desde entonces para construir una alternativa social y popular al que ofrecen, la oligarquía y la burguesía en el país. El tiempo les dará la razón y la justicia, tarde o temprano, sin embargo en el caso de honduras será mas temprano que tarde.
Tomado de www.kaosenlared.net

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