Después de un largo proceso de discusión por la paz en
Colombia, dos de los actores en conflictos, el gobierno y las Farc, firmaron la
paz. En ese proceso no habían sido incluidos dos de los sectores étnicos más
afectados y desplazados de sus territorios por los grupos en armas, nos
referimos a los indígenas y a las y los afrodescendientes colombianos, estos
últimos constituyen la tercera población demográficamente más cuantiosa en
América Latina después de Brasil.
Las y los afrocolombianos han sido golpeados de una
manera brutal por los actores en conflictos tanto por los paramilitares,
narcotraficantes, el ejército oficial colombiano y la misma guerrilla. Los
testimonios que recogimos en diferentes momentos de nuestra asesoría del
Parlamento Andino (2000-2007) han sido espeluznante. Desde los secuestros de
niños y niñas para incorporarlos a los conflictos armados, la ejecución
sistemática y permanente contra líderes y lideresas afrodescendientes, los
incendios de comunidades rurales y las quemas de sus cosechas, la utilización
de formas bestiales de asesinatos que van desde descuartizamientos, picaderos
de seres humanos, violaciones, entre otras, que hoy han sido transferidas a
Venezuela, nos dejó indignados e impotentes cuando recogíamos testimonios de
campo en las fronteras entre Ecuador y Colombia, y en algunos sectores de
Colombia.
Los acuerdos etnoinclusivos….tremenda lección
Unos de los principales negociadores de las FARC, Iván
Márquez, expresó en La Habana que el capítulo étnico fue ganado “con la propia
lucha de los pueblos indígenas y afrodescendientes”. No fue regalado. En ese
sentido las y los afrocolombianos y los indígenas, en Colombia, más allá de sus
diferencias, han sabido aplicar la progresividad autónoma del derecho con una
tremenda actitud de soberanía intelectual, cosa que pocas veces se encuentra en
América Latina, cuando las mayorías de las organizaciones afrodescendientes e
indígenas se acomodaron a la limosna miserables que les da el poder perdiendo
por completo sus respectivas autonomías.
En un resumen que nos envía, Efraín Viveros, un
miembro de la Articulación Regional Afrodescendientes de las Américas y el
Caribe (ARAAC), organización afroizquierda, sintetiza lo siguientes:
El Acuerdo Final presta especial atención a los
derechos fundamentales de las mujeres, los de los grupos sociales vulnerables
como son los pueblos indígenas, las niñas, niños y adolescentes, las
comunidades afrodescendientes y otros grupos étnicamente diferenciados; los
derechos fundamentales de los campesinos y campesinas, los derechos esenciales
de las personas en condición de discapacidad y de los desplazados por razones
del conflicto; los derechos fundamentales de las personas adultas mayores y de
la población LGBTI.
Respeto a la consulta previa en el que se reitera que
la implementación de los acuerdos firmados en La Habana no podrá ir “en
detrimento de los derechos de los pueblos étnicos”. En el tema de reforma
rural, se garantizarán las condiciones jurídicas actuales de las propiedades y
los territorios ocupados ancestralmente.
En materia de participación, se garantizará la
inclusión de candidatos de los pueblos étnicos en las listas de las
Circunscripciones Territoriales Especiales de Paz. Se definió que los sistemas
de seguridad propios de los pueblos étnicos (guardia indígena y guardia
cimarrona) se fortalecerán. Y sobre el punto de drogas ilícitas, se acordó que
“respetará y protegerá los usos y consumos culturales de plantas tradicionales
catalogadas como de uso ilícito”. Otro de los puntos esenciales, señala que se
crearán programas de asentamiento, retorno, devolución y restitución de la
comunidad indígena Nukak, del pueblo Embera Katío del Alto San Jorge, del
territorio del Consejo Comunitario Alto Mira y Frontera, y Curvaradó y
Jiguamiandó.
Estos acuerdos ahora irán a un plebiscito el próximo 2
de octubre para que se aprobado o no por el pueblo colombiano en general.
Seguro estamos que el expresidente Uribe, actual perro de la guerra y enemigo
potencial de Venezuela hará todo lo que este de su parte para que este
plebiscito fracase al igual que los grandes narcotraficantes colombianos y
trasnacionales. Aprendamos del pueblo afro indígena colombianos por sus
lecciones de soberanía étnica.
http://www.alainet.org/es/articulo/179962
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