telesurtv.net | 31/08/2016
Temer asumirá el mando de Brasil hasta finales de 2018 en medio de fuertes protestas por sus políticas privatizadoras y de recortes.
Finalmente, se
consumó el golpe de Estado en Brasil.
La mandataria de ese país, Dilma Rouseff, fue señalada de culpable de corrupción por el Senado y de este modo es apartada de forma definitiva de sus funciones como líder Ejecutiva. Con 61 senadores a favor, y 20 en contra, en un quorum de 81 senadores, la destitución de Rousseff se concreta de forma permanente y no podrá presentarse a nuevas elecciones presidenciales hasta dentro de ocho años.
La mandataria de ese país, Dilma Rouseff, fue señalada de culpable de corrupción por el Senado y de este modo es apartada de forma definitiva de sus funciones como líder Ejecutiva. Con 61 senadores a favor, y 20 en contra, en un quorum de 81 senadores, la destitución de Rousseff se concreta de forma permanente y no podrá presentarse a nuevas elecciones presidenciales hasta dentro de ocho años.
La votación final
sobre el juicio político fue separada en dos rondas, una para decidir sobre la
destitución de la mandataria, y otra sobre la inhabilitación política por un
lapso de ocho años.
En una primera
votación, el pleno del Senado decidió destituir a Rousseff y posteriormente, en
el sufragio sobre su actuación política, 42 senadores se manifestaron en
favor de la inhabilitación, 36 en contra y tres se abstuvieron.
En este contexto,
Dilma Rousseff no fue inhabilitada políticamente, debido a que no se
obtuvieron los dos tercios necesarios de apoyo para la aprobación de la medida.
Entre tanto, el
presidente interino, Michel Temer, permanecerá a la cabeza de mando del gigante
suramericano hasta finales de 2018, pese a la enorme aura de antipopularidad
que le rodea por la implementación (en el poco tiempo que lleva en el
poder) de políticas económicas profundamente marcadas por recortes
presupuestarios y privatizaciones de servicios y beneficios para el
ciudadano común.
Movimientos
sociales y políticos, activistas y sectores de la sociedad
civil acusan al líder del centrista Partido de Movimiento
Democrático Brasileño (PMDB) de golpista. Pero Temer también es
señalado de retrógrado, esto por echar marcha atrás en las reivindicaciones sociales alcanzadas
por los más desfavorecidos, políticas que habían refrendado
los líderes del izquierdista Partido de los Trabajadores
(PT), Luiz Inácio Lula Da Silva y Dilma Rousseff.
¿Qué pasó?
Rousseff fue
suspendida de sus funciones el 12 de mayo porque el Senado decidió
juzgarla por presunta manipulación de las cuentas públicas en 2014 (año de
su reelección) y a inicios de 2015.
El proceso fue
abierto en diciembre de 2015, y tras recorrer un largo camino por
la cámara baja y la cámara alta del Congreso, de recolección de
pruebas, presentación de testimonios y otras diligencias por parte de una
comisión especial del Senado; Rousseff fue hallada culpable y destituida
definitivamente por más de 54 votos (dos tercios del Senado).
Para nadie en
Brasil era un secreto que el impeachment contra Rousseff se trataba de un
“golpe blando”, tal como lo calificó el premio Nobel de la Paz, Adolfo
Pérez Esquivel: “Los golpes blandos ya se pusieron en práctica en
el continente en países como Honduras (con Manuel Zelaya) y Paraguay
(con Fernando Lugo). Ahora, la misma metodología, que no necesita a las Fuerzas
Armadas, se está utilizando aquí en Brasil”, manifestó.
El abogado de
defensa de Rousseff, José Eduardo Cardozo, calificó el proceso judicial
como “una gran farsa” y un golpe contra la democracia. Durante el
proceso, incluso se filtraron grabaciones secretas en las que se
desprendía la premisa de que el impeachment solo fue un
intento de frenar las investigaciones del megaescándalo de corrupción en
la estatal Petrobras que golpeó tanto al partido
de Rousseff como al de Temer.
“Hay que resolver
esa mierda. Hay que cambiar el gobierno para cortar esta sangría”, afirmaba en
las grabaciones el exministro de Planificación, Romero Jucá, que debió
renunciar tras revelarse el audio. El entonces ministro de Transparencia,
Fabiano Silveira, también cayó tras otra filtración en la que se
evidenciaba que criticaba la investigación de la corrupción en Petrobras.
Aunque la defensa
de Rousseff solicitó a la comisión del Senado incluir tales
grabaciones entre las pruebas a ser analizadas para demostrar que el impeachmet
carecía de fundamento; el senador Antonio Anastasia (encargado de elaborar
el informe final y favorable al impeachment) rechazó el pedido y consideró
los hechos “ajenos al objeto del proceso”.
¿Quiénes
apoyan a Temer?
Luego del 12 de
mayo, cuando Rousseff fue separada del cargo, las movilizaciones en contra
del Gobierno interino de Michel Temer empezaron a reproducirse en todo el
territorio nacional, e incluso fuera de las fronteras brasileñas, y cada vez se
hace mayor el rechazo, lo que demuestra el poco apoyo popular con el que
cuenta Temer. Los Juegos Olímpicos de Río de Janerio 2016,
incluso sirvieron de escenario para alcanzar una mayor visibilidad internacional
a las protestas llevadas a cabo en contra del presidente interino.
Para el mes de
junio, de acuerdo con el sondeo de MDA / CNT el Ejecutivo de Temer solo contaba
con una valoración positiva del 11,3 por ciento, mientras que el 30,2 por
ciento considera regular su gestión. La encuesta también indicó que el
50,3 por ciento de los consultados aboga por la celebración de las
elecciones anticipadas este mismo año, frente al 46,1 por ciento que cree que
los comicios deben realizarse en 2018 como estaba previsto.
A este respecto,
Rousseff propuso y prometió públicamente que si retomaba sus
funciones celebraría un plebiscito para consultarle al pueblo si
realmente deseaba adelantar las elecciones presidenciales: “La
restauración plena de la democracia requiere que la población decida cual es el
camino para ampliar la gobernabilidad y mejorar el sistema político electoral
brasileño”, opinó Rousseff.
En cuanto
a Temer, pese al voto de confianza que los mercados depositaron en el
Gobierno del ex vicepresidente, éste no consigue salir de la crisis
producto de los escándalos de corrupción en los que se ha visto envuelto su
partido. A esto se le suma el hecho de que Temer lucha por estabilizarse
en medio de fuertes cuestionamientos por su legitimidad y de una severa
recesión económica.
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