El Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes ha sido uno de
los colectivos invitados al tercer Encuentro Mundial de Movimientos Populares
en Roma. Yeray S. Iborra/Eldiario.es
"Buenas tardes, somos un grupo de inmigrantes que,
ante la imposibilidad de tener un trabajo, hemos decidido sobrevivir con la
venta en las calles de Barcelona". Moustapha Ndao no estaba nervioso. Pese
a ser la primera vez que se enfrentaba a un auditorio a rebosar –cientos de
personas escuchaban sus palabras– este vendedor ambulante de origen senegalés
no titubeó: el Papa Francisco había ensalzado su causa minutos antes.
"Seguid luchando", le dijo el Pontífice.
Ndao, quien
lleva más de diez años vendiendo en las calles de Barcelona, fue el encargado
el pasado 2 de noviembre de llevar la lucha del Sindicato Popular de Vendedores
Ambulantes al tercer Encuentro
Mundial de Movimientos Populares, organizado por El Vaticano.
Tres meses antes del viaje de Ndao, un correo electrónico sorprendió al
Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes: la Santa Sede quería que el
colectivo de manteros fuera uno de los representantes españoles en este
encuentro de movimientos populares, titulado Tierra,
techo y trabajo, que reúne a decenas de activistas por los derechos
humanos de todo el mundo. Según explican fuentes del sindicato a Catalunya Plural, en un
principio no reaccionaron a la invitación: "Nos llamaron varias veces pero
no creíamos que fuera cierto".
El Sindicato de
Vendedores Ambulantes atribuye la invitación al encuentro a la experiencia de
la Iglesia en el conflicto abierto en Roma con los manteros. La presión de la
Asociación de Comerciantes de Roma sobre los vendedores ambulantes de la
capital italiana se prolonga ya varios años. La policía romana efectuó casi
20.000 confiscaciones de mercancía vendida ilegalmente en la ciudad sólo en
2014. "Mi tío, que vive en Italia, me insiste que debemos luchar, pues en
Roma la situación es todavía peor que en Barcelona", destaca Ndao.
Para este
mantero de 37 años el coloquio compartido con "una voz mundial por la
lucha de los pobres", como califica al Papa, no supuso en ningún momento
un dilema religioso –la mayoría de vendedores de Barcelona son musulmanes–, al
contrario: "Todos luchamos por lo mismo", sentencia.
Después de
compartir una extensa tertulia con el Papa Francisco, en la que Ndao le habló
al Pontífice de un compañero preso
desde hace cuatro meses en Barcelona y de las "injusticias" que, a su parecer, comete la policía en la
capital catalana, el mantero leyó un discurso donde ponía de relieve
la importancia de la "organización" de los vendedores en la lucha por
sus derechos y contra una "política racista" del Ayuntamiento.
Ndao afirma
haber vivido en sus propias carnes la tensión que se respira en Barcelona, acrecentada los últimos días en torno a Plaza Catalunya; el
mantero asegura haber recibido golpes y también varias multas, con sumas que
alcanzarían los 1.000 euros.
El senegalés
regresó el pasado lunes a Barcelona y se encontró con la ilusión de un
colectivo, el de manteros, que, con poco más de un año de experiencia, ve como su lucha
–declaran fuentes del mismo sindicato– "se expande". "Esto nos
da fuerzas para seguir en las calles. He conseguido muchos más contactos de
otros colectivos en la misma situación de precariedad que nosotros. Además, el
Papa está luchando con nosotros ahora", concluye Ndao.
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