Como todos los años, el 28 de diciembre celebramos el día de
los Santos Inocentes, esta vez en el Monasterio de las Canonesas del Santo
Sepulcro.
Este año nuestro recuerdo fue especialmente hacia aquellos
que viven y trabajan en entornos naturales, y su vida es un compromiso de lucha
por defender y cuidar la Tierra. Hicimos un pequeño homenaje a todas esas
personas que luchan por un entorno y por una tierra más compartida y vivida en
plenitud. En especial homenajeamos a Berta Cáceres, una compañera hondureña que
fue asesinada el 3 de marzo de 2016, caída en la lucha por la defensa del agua
de los ríos y de los territorios naturales de su pueblo.
Estuvimos viendo el documental Guardiana de los Ríos. En él
se muestra el papel que Berta Cáceres jugó con varias comunidades indígenas que
se resistían y resisten al gobierno y las empresas privadas por la Ley General
de Aguas de Honduras, que abrió la posibilidad de licitar la construcción de
embalses en los ríos para generar energía eléctrica. Muestra la resistencia a
la privatización de los ríos (figuras ancestrales y de alto valor simbólico en
la cosmovisión del pueblo Lenca). Refleja el habla, la cultura, las amenazas,
los miedos y la violencia contra los habitantes de comunidades enclavadas en las
montañas del interior de Honduras, que hablan con los duendes de los ríos,
duendes que les dicen que defiendan el agua.
Después de ver el documental, y de un significativo silencio
que mostraba el impacto que produjo en los asistentes, compartimos lo que
habíamos sentido y lo que nos había llamado la atención.
Posteriormente nombramos a nuestros Socios de Honor de este
año. Es un acto que nos inspira para seguir.
Nombramos a Eusebio Villaescusa: “Por su lucha incansable y
fiel, por su capacidad para crear redes y construir puentes. Por su trabajo
educativo y solidario. Por su cercanía y calidad humana. Por eso es de los
imprescindibles.”
Nombramos a Berta Cáceres. “Por despertarnos y sacudir
nuestras conciencias con su lucha en favor de la naturaleza, de la conservación
de los ríos y montañas y en defensa de los territorios indígenas”. El diploma
fue recogido por Danelia Cáceres, sobrina de Berta, que nos leyó una carta que
dirigía a su tía, que nos puso lágrimas en los ojos de la emoción del momento
vivido.
Fue un encuentro muy emotivo, en el que se compartió la vida y
la solidaridad, dada y recibida.
Como todos los años y todos los actos que realizamos, éste
fue posible gracias a tod@s vosotros que nos animáis a seguir ahí.
Muchas gracias a todos y todas.
Comité Cristiano de Solidaridad con América Latina Oscar
Romero de Aragón
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