Cubadebate |
23/07/2017
Al menos 23 personas habían sido
quemadas vivas desde el pasado mes de abril hasta el 19 de julio en
actos de protestas organizadas por la oposición venezolana, según ha documentado Red58.org.
La mayoría murió
o recibió graves lesiones debido a prejuicios hacia y contra la
víctima por razón de su condición social o creencia política, acto tipificado
por Naciones Unidas como “crimen de odio”.
“El crimen de odio es una modalidad
de delito deshumanizante, porque quien lo comete considera que su víctima
carece de valor humano a causa de su color, sexo, orientación sexual,
género, identidad de género, origen, origen étnico, status civil, nacimiento,
impedimento físico o mental, condición social, religión, edad, creencias religiosas
o políticas”, según la Oficina del Asesor Especial sobre la Prevención del
Genocidio, de la ONU.
Este tipo de crímenes, inéditos en la
historia contemporánea de Venezuela, se ha producido en cinco regiones del país
en los últimos 108 días: Región Capital (15),
Lara (3), Zulia (2), Anzoátegui (1), Táchira (1) y Carabobo (1).
Cuatro de estos hechos
ocurrieron cuando estallaron los explosivos en las manos de los
propios manifestantes de la oposición,
antes de que los lanzaran contra otros. En 19 casos, las personas
agredidas eran funcionarios gubernamentales, negros, pobres o fueron señalados
como chavistas por fanáticos, en acciones donde los perpetradores
utilizaron cócteles molotov y morteros caseros, petardos y otras armas.
Carlos Ramírez, quemado a la salida del
Metro Altamira en Caracas y uno de los pocos que ha sobrevivido para contarlo,
refirió a los medios cómo fue interceptado por un grupo de hombres
encapuchados:
Uno de ellos le dijo: “¡Epa, chavista!”, a lo que él respondió: “¡Yo no soy
ningún chavista! Déjame pasar, que yo voy a un edificio por aquí. Me lanzó un
golpe, yo le lancé otro. Cuando intenté correr, dice: ‘¡agarren al chavista!’
Allí salieron como veinte”. Recibió el impacto de una molotov. Aunque estaban
presentes funcionarios de la Policía de Chacao –cuerpo autónomo del municipio
del mismo nombre que encabeza el opositor Ramón Muchacho–, no intervinieron en
su defensa.
La práctica de quemar personas vivas ha
sido utilizada en el pasado por grupos minoritarios para desaparecer a todo el
que consideran de una raza inferior.
La frecuencia y la dimensión cruel y aterradora de estos actos es quizás la
manifestación más decadente de los crímenes de odio, que como demuestran los
antecedentes históricos y prácticas contemporáneas como las del ISIS, el
genocidio en Ruanda, el paramilitarismo de Colombia o el sicariato en México,
no son ni circunstanciales ni aislados.
En Estados Unidos, la Universidad
Tuskegee ha registrado que 3,446 afroamericanos y 1,297 blancos fueron
linchados –y la mayoría quemados vivos– entre 1882 y 1968, en casos vinculados
fundamentalmente a las acciones de grupos
extremistas como el Ku Klux Klan.
Además de las tristemente célebres cámaras de gas de
los campos de concentración, hay profusa documentación sobre la
práctica de los nazis de quemar vivas a las personas. Una de las masacres
de civiles más bárbaras de la Segunda Guerra Mundial se produjo el 12 de agosto
de 1944 cuando un grupo de alemanes asesinaron a unos 560 civiles en la
Toscana, al oeste de Italia. Todos, mayoritariamente niños y mujeres, fueron
quemados vivos mediante lanzallamas.
Algunos de los más de 4000
detenidos-desaparecidos argentinos, que pasaron por la Escuela de Mecánica de
la Armada (ESMA), durante la dictadura, fueron quemados en las calderas del
Casino de Oficiales de esta tenebrosa cárcel, refiere Página 12.
Según ha documentado la prensa local
venezolana, de los 105 muertos en Venezuela durante las protestas de calle, 29
fueron víctimas –directa o indirectamente– del accionar de los propios
manifestantes. Otras 14 víctimas fallecieron durante saqueos y en un caso
prominente, los asaltantes prendieron fuego a una tienda y terminaron envueltos
en las llamas. Otras 14 muertes son atribuibles a las acciones de las
autoridades del Estado (en casi todos estos casos los responsables se les ha
procesado judicialmente) y 44 están todavía bajo investigación o en disputa.
Hasta la Embajada de los Estados Unidos
en Caracas ha alertado a sus nacionales sobre el carácter violento de las
manifestaciones de la oposición, y les ha sugerido no acercarse a los lugares
donde son convocadas protestas o “trancazos” (cierres de calle).
Consulte el Mapa de los quemados vivos en Venezuela
(Tomado de Red58.org)
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