Colombia regresa estos días a los primeros planos de la
actualidad. Los acuerdos de La Habana entre el gobierno Santos y las FARC y el
anuncio de que se abrirán también mesas de negociación con el ELN, la segunda
guerrilla del país, han despertado expectativas de esperanza y de paz. ¿Será
esta vez la definitiva tras medio siglo de guerra? ¿Por qué un halcón como
Santos se ha convertido ahora en un «hombre de paz»? ¿Es en este momento la paz
más rentable en Colombia que la guerra? ¿Cómo abordar la desmilitarización del
sobredimensionado ejército colombiano? ¿Vendrá con la paz la reconciliación? No
solo para los historiadores del futuro, sino para los analistas del presente,
resulta más que recomendable el libro de Paco Gómez Nadal La guerra no es un relámpago (Otramérica/Icono, 2016), que
ayudará a entender todos los entresijos del larguísimo conflicto colombiano y
del complejo proceso de paz.
El autor, periodista de dilatada trayectoria y con 17 años de
experiencia en Colombia, parte de un suceso terrible, la masacre de Bojayá, en
la que en mayo de 2002 murieron 79 personas, 48 de ellos menores, y del
reciente gesto de las FARC, inaudito a nivel mundial, de asumir su
responsabilidad y realizar un acto de petición de perdón en el mismo lugar.
Aquella mesa de diálogo entre la guerrilla y las víctimas del departamento del
Chocó, en opinión del autor, es tan importante o más que la mesa de La Habana,
porque afecta directamente a los miedos y a las esperanzas de la gente que de
verdad ha venido sufriendo la guerra. Y es que Gómez Nadal toma partido por las
gentes del Chocó y del Medio Atrato, de quienes ha recibido el encargo de
escribir este libro. «Sólo hay un bando por el que merece la pena trabajar en
una guerra: la población civil», reconoce en sus primeras páginas. Ellas y
ellos son los auténticos protagonistas del libro.
Redactado a partir de 85 entrevistas, se sumerge al lector en la realidad chocoana, abrumadoramente afrodescendiente y parcialmente indígena, ignorada por el Estado e invisible a los ojos de la clase media criolla bogotana. Tan invisible que la paz puede traer paradójicamente la oscuridad. «Si no hay violencia, ni siquiera es noticia», se expresan preocupados los chocoanos, que tienen muy claras sus prioridades: «Queremos saber la verdad y que nos pidan perdón», «queremos dormir en paz, solo queremos oír el ruido de la noche».
Redactado a partir de 85 entrevistas, se sumerge al lector en la realidad chocoana, abrumadoramente afrodescendiente y parcialmente indígena, ignorada por el Estado e invisible a los ojos de la clase media criolla bogotana. Tan invisible que la paz puede traer paradójicamente la oscuridad. «Si no hay violencia, ni siquiera es noticia», se expresan preocupados los chocoanos, que tienen muy claras sus prioridades: «Queremos saber la verdad y que nos pidan perdón», «queremos dormir en paz, solo queremos oír el ruido de la noche».
Un ensayo completísimo, con abundancia de datos, testimonios y
referencias, y que sorprende por estar cuidadosamente escrito. Confiesa Gómez
Nadal que los chocoanos hablan con metáforas y eso, sin duda, ayuda al autor a
mantener un tono lírico que enriquece la lectura. «En el Chocó la violencia se
enquistó tanto, que se volvió paisaje», dicen. «Un río no es agua, sino las
historias que guardan en sus meandros». O la imagen que sirve como título: «La
guerra no es un relámpago». Me temo que la paz y la reconciliación tampoco
llegarán de un día para otro.
Se viven tiempos de «esperanza crítica» en Colombia, pero
también de incertidumbre: no basta con que se desalcen las guerrillas, si los
paramilitares ocupan su lugar; no es suficiente con que la izquierda
revolucionaria pueda concurrir a las elecciones, si sus cuadros pueden ser
impunemente asesinados como los de Unión Patriótica hace veinte años; no es
suficiente con lo que se acuerde en La Habana, si la realidad cotidiana no
cambia para las gentes del Chocó y otras zonas que han vivido el conflicto en
primera persona. Por eso, Gómez Nadal habla de «Paz Territorial». Los chocoanos
nunca han sido dueños de su Historia, porque tras la colonización vino la
colonialidad y en la actualidad la relación entre el Estado y el Chocó continúa
siendo colonial. Por eso, todos los procesos de paz que se han conformado con
soluciones uniformes han fracasado. El Estado liberal y las clases medias
urbanas no entienden a la población afro e indígena, que son mayoritarias en
estas zonas, donde perviven formas de propiedad colectiva y prácticas sociales
precapitalistas. Por eso, no basta con que las FARC se reconcilien con la
sociedad civil, hace falta que el Estado se reconcilie con la Colombia
invisible y que las clases medias urbanas lo hagan con la pluralidad social y
étnica del país. La paradoja será que, en el plebiscito que debe ratificar o no
el proceso de paz, quienes terminen decidiendo sean esas clases medias urbanas
criollas que apenas han sufrido el medio siglo de guerra, mientras que los
afros e indígenas, víctimas cotidianas del conflicto, no puedan participar por
las dificultades del Estado para poner la urnas en zonas tan periféricas.
De todas esas cosas y de muchas más habla Paco Gómez Nadal y,
sobre todo, hablan los colombianos del Chocó en un libro que es imprescindible
para poder entender y explicar lo que está ocurriendo ahora mismo en una
Colombia que quiere dejar de ser Locombia.
Tomado de : http://www.eldiario.es/aragon/elprismatico/paz-Colombia-relampago_6_505759462.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario